Ciento cuarenta caracteres
Pero mi humilde autocrÃtica va más allá: ¿Limitar lo que decimos no estará atentando contra nuestros reales sentimientos? ¿No será una forma de atentar contra lo que realmente queremos decir?. SÃ, me puse grave, pero entiendan que como publicista viejo, o por lo menos con experiencia, debo decirles que soy hijo de los 31 segundos en pauta, de la huincha en el suplemento, la mención de 7 segundos, de la de presentación y cierre, del banner que nadie ve.
En verdad es injusto que me desquite con twitter, es sólo una herramienta más de la Internet 2.0. Mi tema es con los espacios reducidos, con una especie de sentimiento claustrofóbico comunicacional que me viene de vez en cuando. Siento que falta en nuestro paÃs una tribuna de verdad para expresarse de verdad, con alcance, con ValentÃa, a cara descubierta.
Uffff, pero soy sólo un publicista, ¿qué tengo que andar filosofando por la vida y defendiendo los espacios de la gente? Más que defenderlos siento que debemos crearlos; a ver si algún dÃa llega un capitalista y me financia una idea que tengo,Â… hacer una especie de “portal interactivo de titulares”, donde la gente se pueda comunicar con un máximo de 275 caracteres, lo que es una enormidad.
Daniel Molina es actualmente Director Creativo de DAf Agencia, Director Fundador de Escuela Credo, tiene dos hijos que son sus ojos y ocupó 275 caracteres en un confuso texto.
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